
Nos encontramos una vez más en la República Oligárquica de Guadalupe. Pero ahora, ya olvidado de lo que tenía que decir, expongo la pregunta del millón: ¿Cuándo Magritte preguntaba lo que preguntaba, se agarraba la verga?
"Por mí se va a la ciudad doliente. Por mí al abismo del tormento fiero. Por mí a vivir con la perdida gente. La justicia a mi autor movió severo. Soy el poder que a todo alcanza. El dolor sumo y el amor primero. Antes de yo existir no hubo creanza. La eterna sólo y la eternal yo duro. Oh, los que entráis, ¡dejad toda esperanza!"
1 comentario:
Yo a ese pintor lo vi soplandole la pipa a Balbín. Seguro que tenía sabor a radicheta.
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