domingo, julio 22, 2007

Los Tobas. Historia del pepón.

Puede ser que durante la tarde o incluso la noche, por conocer, desde el sereno de la cervecería Santa Fe hasta el sereno y los marineros del club de Regatas, Cangrejo, Canario y Pantera (o alguno, o todos) crucen un barril en las canoas del club hasta Los Tobas. Puede ser viernes, sábado o miércoles. Un barril es, un barril de cerveza. Y puede que incluso, en esta épica de la isla, los acompañen Pichín o Cacerola o el Negro (o todos, o ninguno). Pero sobre todo, el barril, los acompaña el barril. Los Tobas son unos indios que habitaron Santa Fe cuando se llamaba de otra manera. Así le pusieron a esta tribu, en donde se reúnen casi todos los días, algunos amigos, a verdear o a tomarse algo que refresque. Son lo contrario a un club cajetilla. Son los reos. También están los Guacharos. Otra tribu. Pero a Los Tobas, se puede ir caminando (generalmente, caminaban los suspendidos del club de Regatas, por hacer algún desmán o por alguna injusticia) o en canoa. Los de la canoa, saludan, ebrios, a los que caminan por el puente. Cuando en Santa Fe ni Mandrake consigue cerveza, Cangrejo o Canario consiguen barriles. Y la joda es venir en la canoa y, a la voz de aura, el barril se va al río. Y atrás del barril los tripulantes de la canoa. Y de ahí a hacerle burla a los que tienen todavía un rato largo bajo el sol, y recién van por el medio del puente Oroño -que suplanta al alicaído puente Colgante. Como el barril flota (lleno o vacío tiene esa propiedad), los ebrios van detrás del barril. Mejor dicho, colgados. Será que a la 1 del mediodía todos están desocupados, y sin pasar por la casa salen raudos para Los Tobas. Están ahí, en shorts, en la sombra si hace calor, con el mate y el bracerito, o más cerca de la noche, con el vasito de liso, y dos fuentones: en uno se tira y se lava el vasito, y en el otro esperan, con agua y hielo, los frescos, listos para ser servidos. Al lado de los Tobas, vive esa señora que entró en la leyenda. Se llama historia del pepón y la cuenta siempre cangrejo. Un día de verano hacía calor. Los reos andaban, con mucho líquido y poca comida. Sentados, al borde del río, con las patas en remojo y a la sombra del sauce que quedó con la raíz tapada por la creciente, escuchan al pepón de la señora que vive al lado. La señora trabaja en las casas, limpiándolas, y no está durante todo el día. El pepón es un ganso. Está grandecito. Cangrejo entra en el rancho de Los Tobas y sale con un machete. Cuando dos o tres que le hacen el coro al Cangre acorralan al pepón, un machetazo sin cadalso le devana la cabeza. Hay que verlo a Cangrejo contar la historia y moverse como se movía el pepón sin cabeza, aun respondiendo a los estímulos, caminando errante sin los ojos que le indiquen un camino. Y el camino conduce a la olla, inevitablemente. Y luego el coro del Cangre tiene que andar haciendo un pozo y enterrando los huesos del difunto (que les ha dado un guiso hermoso y para veinte), porque si lo encuentra la señora de al lado se pudre todo.

10 comentarios:

Maria dijo...

Larga tobillera me compré, perdida en el mar o en la cloaca.

Niño Naranjo dijo...

maría: cómo le va? eh? una tobillera larga no es un collar? quién se la vendió en el mar?ulises?, las sirenas? Y, finalmente, cómo y cuándo se han separado ese viejo amigo que se mueve y el culo de la ciudad?

Maria dijo...

Cómo me va? entre paralítica y beoda, descubriendo que cada vez creo menos en los famosos...saque sus concluciones naranjo...

La tobillera me la vendieron los Tobas; una estafa.

Niño Naranjo dijo...

Ah. Como quien tiene un mal día. Bueno, pero qué sé yo, mi pobre ego ahora se alegra de que ud. cada tanto pase y deje un mensaje (sea de la naturaleza que sea). Qué sé yo qué decirle... que tenga la mejor de las suertes con el resto de la bijú.

dear prudence - dulcema dijo...

ji ji jo

hola niño
hola
ho!

paso y te dejo un estornudo,
hoy no estabas.

adios.

Niño Naranjo dijo...

Con razón, el portero del edificio me dice: pasó una chica, así y asá, vea me dice y me escupe: le dejó esto sobre la puerta de entrada, yo lo lamí y pedí remitente y aquí se lo entrego.

Si estaba tontis, pero medio moribundo porque los domingos son un poco de la muerte.

(Pollo sos horrible/
sos García Márquez!)

dear prudence - dulcema dijo...

unos besos para el domingo q viene entonces.

atchis!

Anónimo dijo...

ahhh, que lindo es el amor... hasta los estornudos son lindos

Niño Naranjo dijo...

Sunacosa de locos, nos tiran con munición pesada! Ser blogger es la sucursal del manicomio! Pero qué divina la querida prudencia eh.

Anónimo dijo...

See, debe ser la única prudencia linda